El flat white y el latte: dos clásicos del café con diferencias marcadas

El café ha evolucionado más allá de las opciones tradicionales como el café solo, con leche, americano o capuchino, para dar paso a variedades como el flat white y el latte, que se han convertido en favoritos entre los amantes del café.

El flat white, originario de Nueva Zelanda o Australia, se destaca por su composición única que combina espresso o ristretto con leche de manera suave y perfecta, creando una fusión de sabores distintiva. Por otro lado, el latte se diferencia por su mayor contenido de leche, lo que lo hace más suave y cremoso en comparación con el flat white. Aunque comparten ingredientes similares, la preparación y proporción de estos ingredientes dan como resultado sabores y texturas únicas en cada bebida, con el flat white ofreciendo un sabor más pronunciado a café y una textura aterciopelada, mientras que el latte se destaca por su suavidad y cremosidad.

La popularidad de estas variedades no solo radica en su sabor, sino también en la experiencia que brindan a los aficionados al café, desde su preparación hasta su presentación.