Las devastadoras inundaciones en Derna, imagen del abandono y la crisis humanitaria en Libia


Una fotografía aérea de los daños tras las devastadoras inundaciones en Derna, en el este de Libia

Publicado 30 Sep 2023 10:33

La Media Luna Roja Libia pide soluciones a largo plazo para no limitarse a «responder a necesidades temporales y luego olvidarse» del país

Las devastadoras inundaciones registradas entre el 10 y el 11 de septiembre en la ciudad libia de Derna (este), que dejaron cerca de 4.000 de muertos y unos 25.000 desaparecidos, han supuesto un duro recordatorio de la práctica parálisis que sufre el país desde hace décadas y del olvido al que ha quedado sometido por parte de la comunidad internacional.

El país africano se encuentra dividido en dos administraciones enfrentadas a raíz del aplazamiento de las presidenciales previstas en diciembre de 2021 por la incapacidad del primer ministro de unidad, Abdul Hamid Dbeibé, de superar los obstáculos existentes para la convocatoria de elecciones y las disputas por el control político y de los recursos en el territorio.

Dbeibé, que fue nombrado para el cargo tras una unificación de las instituciones tras otra separación administrativa entre 2014 y febrero de 2021, mantiene su gobierno en la capital, Trípoli, mientras que las autoridades paralelas operan en el este del país, donde se encuentra la sede del Parlamento bajo el respaldo del poderoso general y ‘señor de la guerra’ Jalifa Haftar.

El propio Haftar lanzó en 2019 una ofensiva para intentar capturar Trípoli que reveló la implicación de numerosos países en la contienda, tanto de su lado como del lado del gobierno de unidad –entonces encabezado por Fayez Serraj–, si bien la mediación internacional permitió poner fin a los combates para intentar encauzar una transición hacia unas autoridades verdaderamente legítimas.

Esta situación, sumada a los conflictos de 2011 y 2019-2020, ha provocado años de estancamiento político en Libia, marcado además por las acusaciones de corrupción y los casos de desvío de fondos destinados a otros proyectos, incluidos los de infraestructura, lo que se ha visto reflejado en un ahondamiento de la crisis humanitaria y en un empeoramiento generalizado de las condiciones de vida de la población ante la falta de servicios básicos de calidad.

En el país, de unos siete millones de habitantes, hay cerca de 823.000 personas –entre ellas 248.000 menores de edad– que requieren ayuda humanitaria a causa de la inestabilidad política, el conflicto y la crisis económica, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Derna, conocida como ‘la ciudad de los poetas’, acogía a cerca de 100.000 residentes antes de la llegada de la tormenta ‘Daniel’, cuyas lluvias provocaron el derrumbe de dos presas –la de Mansur y la de Belad– y la liberación de cerca de 30 millones de metros cúbicos de agua que arrasaron todo a su paso en el valle del río Derna.

Las inundaciones destruyeron cerca del 25 por ciento de la ciudad, según estimaciones de las autoridades locales, y arrastraron al mar Mediterráneo a miles de personas, sorprendidas en sus hogares durante la noche, vehículos y toneladas de materiales empujados por las aguas durante varios kilómetros.

Inmediatamente después, las acusaciones recayeron sobre los años de abandono de la región oriental durante el régimen de Muamar Gadafi –ejecutado en 2011 durante un levantamiento popular que derivó en rebelión armada– y en la década posterior, incluida la ausencia de trabajos para el mantenimiento de las presas, construidas en los años setenta por una empresa yugoslava.

De hecho, existen informaciones que apuntan a que las denuncias sobre la existencia de grietas en las presas datan de finales de los años noventa, mientras que el alcalde de la ciudad, Abdulmenam al Gaizi –ahora detenido– afirmó tras la tragedia que llevaban sin mantenimiento desde 2008 por la crisis política.

El malestar popular derivó en una serie de protestas que llevaron a las autoridades a anunciar la detención de funcionarios por su presunta responsabilidad en lo sucedido, tras cortar los servicios de telefonía e Internet y ordenar a los medios de comunicación que abandonaran la zona, en un intento por acallar las muestras de descontento entre los supervivientes.

La tragedia derivó en nuevas muestras de apoyo por parte de la comunidad internacional, que ha movilizado recursos para respaldar las tareas de búsqueda y rescate y para cubrir las principales necesidades de los damnificados, a la espera de una conferencia internacional que tendrá lugar el 10 de octubre, convocada por las autoridades orientales.

SOLUCIONES «SOSTENIBLES»

La masiva destrucción provocó el corte de rutas de suministro y está dificultando la entrega de ayuda, lo que ha llevado a la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) a hacer hincapié en la necesidad «urgente» de apoyo internacional «para abordar las necesidades humanitarias inmediatas». «Los esfuerzos de respuesta y recuperación deben buscar también construir una resiliencia a largo plazo a los desastres a través de la reducción de vulnerabilidades», ha dicho.

En esta línea, el jefe del Departamento de Comunicaciones de la Media Luna Roja Libia, Twfeg al Shokry, ha manifestado en declaraciones concedidas a que la comunidad internacional debe «centrarse en soluciones sostenibles» y ha incidido que «no debe sólo responder a necesidades temporales y luego olvidarse de Libia».

«Pedimos soluciones a largo plazo e inversiones en infraestructuras (…) para ayudar a la gente a recuperarse», ha indicado, antes de hacer hincapié en que entre los sectores prioritarios están los de agua e higiene y las instalaciones sanitarias, ante los «daños significativos» causados por las «masivas inundaciones» en Derna.

Al Shokry ha mostrado también su esperanza de que la conferencia de octubre derive en una entrega de «apoyo suficiente para los esfuerzos de reconstrucción y una compensación para las familias afectadas a todos los niveles», al tiempo que ha incidido en que el organismo «siempre pide esfuerzos de colaboración». «Trabajar con la Media Luna Roja Libia garantizará que la ayuda llegue a los que la necesitan», ha defendido.

«La ayuda está llegando gracias a la coordinación con la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja a través de los aeropuertos, desde donde es trasladada a almacenes estratégicos de la Media Luna Roja», ha puntualizado.

Así, ha explicado que los 400 voluntarios desplegados por el organismo –con 200 en Derna y el resto en otras localidades del este afectadas por las inundaciones– centran sus esfuerzos en la búsqueda y rescate de supervivientes, la distribución de ayuda, la localización de familiares de las víctimas, el apoyo psicosocial y la gestión de tres centros de acogida en la ciudad.

Los supervivientes hacen frente ahora a la desaparición de sus hogares y de sus seres queridos, en medio de una enorme devastación que amenaza además con posibles brotes de enfermedades, especialmente entre las decenas de miles de desplazados que viven ahora en refugios, según alertó recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reflejan que alrededor de 43.000 personas se han visto desplazadas en el este de Libia, mientras que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha especificado que entre ellos hay más de 16.000 menores de edad.

Las agencias de la ONU han pedido 71,4 millones de dólares (cerca de 67,8 millones de euros) para cubrir las necesidades inmediatas de 250.000 afectados durante los próximos tres meses, mientras que la directora general de UNICEF en Oriente Próximo y Norte de África, Adele Khodr, ha hecho hincapié en la necesidad de «invertir en una recuperación a largo plazo que sea equitativa, resiliente y centrada en la infancia».

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