8 curiosidades de la reina Isabel II menos conocidas

Isabel II

Con el fallecimiento de la reina Isabel II todo el mundo quiere conocer curiosidades no tan típicas sobre ella.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Incluso antes de asumir el trono como la monarca más longeva de Gran Bretaña (1952), la reina Isabel II tiene mil aventuras sobre las que hablar. Así pues, entre las anécdotas destacan que se cruzó por primera vez con el amor de su vida, el Príncipe Felipe, a los 8 años. O, por ejemplo, que aprendió a conducir a los 18 años mientras servía en la Segunda Guerra Mundial. Esto la convirtió en la única ciudadana del Reino Unido a la que se le permitía legalmente conducir sin tener carnet. Por ello, hemos reunido 10 curiosidades de las que no se suele hablar y que son poco comunes.

1. Fue educada en casa

Aunque era muy versada en asuntos exteriores, religión, historia constitucional y derecho, nunca fue a la escuela, ni tuvo un título universitario. Tanto la reina como su hermana, la princesa Margarita, fueron educadas en casa por los mejores tutores de Gran Bretaña. Entre ellos Henry Marten, que llegó a ser preboste del Eton College. Los cursos de religión fueron dirigidos por el arzobispo de Canterbury. Además, aprendió a hablar francés con fluidez gracias a sus diversas institutrices.

2. No tenía carnet de conducir

El chófer real siempre ha estado a su entera disposición. Sin embargo, a la reina le gustaba ponerse unas gafas de sol elegantes y un pañuelo de seda de Hermès y conducir su querido Jaguar o Range Rover para dar un paseo. No obstante, nunca tuvo carnet de conducir. En 1944, a la edad de 18 años, la entonces princesa Isabel insistió en alistarse en el ejército

Isabel II

Allí aprendió a conducir como mecánica para el Servicio Territorial Auxiliar femenino durante la Segunda Guerra Mundial. Isabel II no estaba obligada a tener carnet, ni matrícula en sus coches, ni pasaporte para los viajes internacionales.

En lo que respecta a los pasaportes, concretamente, el sitio web oficial de la familia real explicaba: «Como el pasaporte británico se expide en nombre de Su Majestad, no es necesario que la Reina posea uno«. De hecho, todos los demás miembros de la estirpe de la reina, incluido el ahora rey Carlos III, tienen pasaporte.

3. Compró su vestido de novia con cupones de racionamiento

Su boda con el Príncipe Felipe fue en la Abadía de Westminster el 20 de noviembre de 1947. La futura Reina de Inglaterra lució un deslumbrante vestido ajustado de Norman Hartnell, que compró con cupones de racionamiento tras la Segunda Guerra Mundial. Debido a la persistente crisis financiera del país en los años posteriores a la guerra, el gobierno británico introdujo cupones de racionamiento.

Se dice que mujeres de todo el Reino Unido regalaron sus cupones de ropa a la futura reina, con la esperanza de que pudiera utilizarlos para su vestido de ensueño. Sin embargo, en aquella época era ilegal compartir los cupones y todos fueron devueltos. La futura reina también lució la tiara de diamantes de su abuela, la reina María, para que el día de su boda estuviera más radiante. 

Pero sólo dos horas antes de la ceremonia, la delicada corona se rompió cuando el peluquero de la reina Isabel intentó fijarla a su velo de 4 metros. Por suerte, la tiara fue transportada, con escolta policial, al taller de joyería real, donde fue soldada a tiempo para el intercambio de votos.

4. EL APODO DE ISABEL II ERA «REPOLLO»

En los 74 años que duró el matrimonio con el Príncipe Felipe, siempre la llamó “repollo”. Según diferentes especulaciones, el apodo viene de la frase francesa «mon petit chou», que se traduce vagamente como «mi pequeña col» o «mi pequeña dulzura», aunque no está claro.

5. Llevaba el dinero planchado

La reina Isabel rara vez aparecía en escena sin uno de sus característicos bolsos de cuero negro de Launer. Y aunque se rumoreaba que su majestad nunca llevaba dinero en efectivo en sus bolsos, se dice que siempre llevaba un billete planchado y doblado para las colectas de los servicios religiosos. Debido a que su rostro aparece en los billetes de al menos 33 países, el dinero nunca fue un problema para la reina.

Isabel II

6. Fue gobernante de cisnes silvestres, ballenas y delfines

Además de su afinidad por los cachorros, la reina Isabel II también fue propietaria de todas las variedades de cisnes silvestres, ballenas y delfines de su territorio. Desde el siglo XII, la corona reclamaba la propiedad de todos los cisnes silvestres del país porque las aves eran muy apreciadas como manjar en banquetes y fiestas. Y un estatuto legal vigente, que data de 1324, permite que el gobernante de Inglaterra «disponga de ballenas y esturiones capturados en el mar o en otro lugar del reino». Según esta ley, las ballenas y los delfines son venerados como «peces reales».

7. Engañaba a la gente con sus sombreros

Según comentó Sophie, condesa de Wessex, los sombreros eran para la gente, ya que «tiene que destacar para que la gente diga que ha visto un poco de sombrero de la Reina al pasar”. Sin embargo, según su modista real, Isabel no quería que los alrededores del Palacio de Buckingham supieran de qué color era el traje o los accesorios que pensaba llevar a un evento importante. Por ello, colocaba una serie de sombreros «señuelo» por toda su finca para mantener en el misterio los detalles clave de su próximo look.

8. Empezaba el día con el sonido de gaitas y un cóctel de ginebra

Cada mañana, a las 9, el gaitero real tocaba durante 15 minutos frente a la ventana de la monarca, lo que significaba que era hora de empezar el día. La tradición, iniciada por la tatarabuela de Isabel, la reina Victoria, a mediados del siglo XIX, se llevaba a cabo al parecer en las residencias de la reina en el Palacio de Buckingham, Windsor, Holyrood y en Balmoral, Escocia.

Así pues, la reina Isabel II tomaba cada mañana un suave cóctel de ginebra y Dubonnet con limón y hielo. Antes de irse a la cama, la reina Isabel remataba sus noches con un martini seco y otro burbujeante chorro de champán. Y aunque estas libaciones eran sus delicias diarias, se dice que su majestad también tenía un gusto ocasional por el ron Bacardi, la ginebra Gordon’s, la sidra Bulmers y el licor Pimm’s.

Puede que esto también te interese