Actualmente, la mayoría de personas del planeta nos encontramos sobrepasados por la vorágine en la que estamos viviendo. Es decir, la mayoría de gente tiene que ir por la vida sin pensar mucho para poder afrontar el día que le espera. De hecho, es la forma más típica de sobrellevar todo lo que nos pasa, aunque no por ello la más sana. Puesto que solemos seguir para delante pase lo que pase, lo cual es necesario para afrontar el día a día. Pero hay otras muchas formas más sanas de hacerlo sin tener que llegar a sufrir un bloqueo mental y corporal.

A lo largo del día tenemos tantas cosas que hacer y tantas cosas y personas por las que preocuparnos, que no solemos pararnos a pensar. Sí, a pensar en una misma y analizar cómo estamos. Puesto que, en primer lugar, esto supone utilizar un tiempo que no tenemos en “pensar”. Y, en segundo lugar, supone afrontar cosas que vivimos e intentamos pasar por alto para que no nos hagan flaquear. Por lo tanto, ¿quién, en su sano juicio, querría parar y analizar su estado mental y corporal? Pues, a lo mejor, ese es el problema, que creemos que tener un juicio sano supone no pensar y tirar para adelante. No obstante, es necesario tener arrojo y afrontar lo que la vida nos mande, pero también es importante parar de vez en cuando y respirar.