Publicado 6 May 2024 18:39 | Actualizado 6 May 2024 18:52

La Unidad Multidisciplinar de Asma Grave del Hospital Universitario de Toledo, compuesta por profesionales de los servicios de Alergología, Neumología, Otorrinolaringología, Farmacia y Pediatría, se suma a la celebración del Día Mundial del Asma con una mesa informativa ofreciendo recomendaciones a la población que ayuden a reducir los efectos de esta enfermedad en quienes la padecen.

Profesionales sanitarios del centro instalarán este martes, 7 de mayo, una mesa informativa en el atrio del Hospital Universitario de Toledo donde informarán durante la mañana sobre esta patología, ofrecerán recomendaciones sobre cómo adecuar el estilo de vida y reducir la ansiedad, así como ayudarán a dotar de habilidades al paciente para que tome un papel activo en el control de su enfermedad.

La Unidad Multidisciplinar de Asma Grave del Hospital Universitario de Toledo está acreditada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) y por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica muy prevalente y heterogénea de las vías respiratorias, que afecta a más de 3 millones de personas en España. Es muy común en la población general, y en niños y adolescentes se sitúa como la enfermedad crónica más frecuente, ha informado la Junta en nota de prensa.

El asma está causada por la inflamación de las vías respiratorias conductoras del aire hacia los pulmones y caracterizada por ataques repetidos de tos con dificultad para respirar, sibilancias o pitos audibles y opresión torácica que pueden aparecer varias veces al día o a la semana. En muchas ocasiones, se agravan durante la noche y cuando se realiza ejercicio.

Cuando no está controlada, las vías respiratorias dentro de los pulmones se mantienen engrosadas e inflamadas de manera que se puede suscitar con más facilidad un ataque agudo.

Sus consecuencias son múltiples y diversas puesto que afectan a la calidad de vida de quien la padece, provocando insomnio y fatiga diurna, comprometiendo la realización de cualquier tipo de actividad y generando ausencias escolares y bajas laborales. Es preciso evitar la aparición de síntomas, controlar su gravedad y limitar al mínimo la mortalidad.

Aproximadamente del 5 al 10% de los pacientes con asma tienen asma grave con una morbilidad, mortalidad y comorbilidades sustancialmente más altas en comparación con los pacientes con asma leve o moderada. Más de la mitad del gasto total del asma y más del 60% de las muertes por asma se producen en pacientes con asma grave no controlado.

Se trata de una patología compleja de base inmunológica, ya sea de causa alérgica o no, en la que influyen factores genéticos y ambientales.

En la actualidad, se puede tratar y controlar cualquier tipo de asma sea leve, moderada o grave y los pacientes pueden llegar a tener una vida normal. Para ello es importante un diagnóstico correcto, un adecuado tratamiento según las guías actuales y un buen cumplimiento del mismo.

Por lo tanto, ante la sospecha de asma grave no controlado es recomendable realizar una evaluación sistemática en dichas unidades mediante un abordaje multidisciplinar, lo cual ha demostrado buenos resultados clínicos y ser coste efectivo.

La persona que padece asma puede mantener una vida normal y activa pero, para ello, debe aprender a controlar su enfermedad. Asimismo, es preciso utilizar adecuadamente los medicamentos y conocer los signos que indican empeoramiento.

Su médico puede valorar la necesidad de indicar medicación inhalada antes de hacer esfuerzos, correr o practicar deportes, ya que estas actividades pueden provocar síntomas en algunos casos. Éstos se presentarán principalmente en los primeros quince minutos y con más probabilidad si el ejercicio se realiza respirando por la boca en un entorno de aire frío y seco. Con el tratamiento adecuado se podrá realizar deporte de forma habitual, incluso de competición.

Los pacientes deben saber muy bien lo que deben hacer en el caso de que comience un ataque, manteniendo la calma, alejando el factor desencadenante y utilizando la medicación de rescate o medicación de «alivio rápido» que deben llevar siempre consigo, hasta asegurarse de que la respiración se normaliza.

Además existe la medicación preventiva, medicamentos «controladores» que se utilizan a diario, especialmente cuando el paciente se ve obligado a usar medicación de rescate de forma frecuente. Puede ser inhalada en cuyo caso penetra directamente en las vías respiratorias.

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