Publicado 14 Apr 2024 11:12 | Actualizado 14 Abr 2024 11:17

El expresidente socialista alegó que esta organización jugó en papel decisivo en el fin de ETA: «Son profesionales y discretos»

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recomendó al PSOE ponerse en manos del Centro Henri Dunant, con sede en Ginebra, cuando buscaban un mecanismo de mediación internacional con Junts, tal como había exigido el expresidente Carles Puigdemont para apoyar la investidura de Pedro Sánchez.

El PSOE pidió a Zapatero referencias de este centro y este les dijo que tenía «la mejor opinión de ellos» después del papel que jugaron en la negociación entre la banda terrorista ETA y el Gobierno socialista durante sus años en La Moncloa.

Así lo relata en el libro ‘Crónica de la España que dialoga’ basado en varias conversaciones con el exdirector del diario La Vanguardia Màrius Carol y que ha sido recogido por .

En un capítulo dedicado a defender la amnistía a los implicados en el procés, Zapatero admite su papel en el acercamiento entre el PSOE y Junts. «He ayudado, ayudo y ayudaré», señala, «sin pretender protagonismo alguno, que no me corresponde, a buscar una salida al conflicto catalán, de ahí que defienda la oportunidad de la amnistía».

A continuación, explica en qué consiste su labor. «Y he colaborado, cuando me lo han pedido, para que PSOE y JxCat se entiendan. Cuando en mi partido me preguntaron por el Centro Henri Dunant, a fin de disponer de un verificador de los acuerdos, les respondía que tenía la mejor opinión de ellos», añade.

«Son personas muy profesionales y discretas en quienes se pueden confiar, que han ayudado a resolver procesos mucho más complicados, en Irlanda del Norte, Colombia, Venezuela…Y puedo dar fe que su contribución para alcanzar la paz en el País Vasco y conseguir en final de ETA fue decisiva en los años en que estuve en La Moncloa», sostiene.

El PSOE optó por esta organización para que auspiciase los encuentros con Junts y con verificador internacional, el diplomático salvadoreño, Francisco Galindo Vélez, que debían celebrarse fuera de España, según las condiciones impuestas por los de Carles Puigdemont en el acuerdo para hacer presidente a Sánchez.

La primera de estas reuniones se celebró el 2 de diciembre en Suiza, en la que participaron varios dirigentes de ambos partidos, entre ellos el secretario de Organización, Santos Cerdán y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras.

Los partidos apenas han dado detalles de estos encuentros, ni sobre quién ha participado en ellos ni sobre los contenidos de los mismos; aunque han asegurado que se ha cumplido el compromiso de llevar a cabo una reunión al mes y por tanto se han producido encuentros en enero, febrero y marzo.

Zapatero vuelve a mencionar al Centro Henri Dunant en otro momento del libro, el que dedica al final de ETA y a las negociaciones previas entre los enviados del Gobierno y los etarras junto a los mediadores del centro con sede en Ginebra.

Recuerda la historia, ya conocida, de las reuniones en Suiza y Noruega en las que participó el socialista Jesús Eguiguren y del lado de ETA José Antonio Urrutikoetxea ‘Josu Ternera’ y Ion Iurrebaso ‘Robert’ y posteriormente Francisco Javier López Peña ‘Thierry’ y vuelve a agradecer la labor de los mediadores

«Y quiero dejar expreso reconocimiento de que hubo mucha gente anónima que trabajó para que todo saliera bien. En el Centro Henri Dunant estuvieron dedicando horas y esfuerzos decenas de personas desde 2004 hasta prácticamente 2015, personas que quisieron y quieren permanecer en el anonimato aunque su dedicación fuera decisiva. Gente que ha estado temporadas conviviendo con los responsables de ETA. En las circunstancias mas insólitas en Noruega, en Suiza, en los montes de Francia…» relata.

Zapatero destaca, en concreto, que hubo altos cargos noruegos que «arriesgaron mucho» para conseguir llegar hasta el final, en concreto habla de dos personas, un hombre y una mujer «que puede que fueran los que más contribuyeron a que ETA abandonara para siempre la violencia» según señala.

Dice que cuando le contaban algunos viajes que hicieron en coche con miembros de la banda y lo que hablaban con ellos, incluso años después su relato le seguía produciendo inquietud. «Cuando años después de dejar el Gobierno, pude finalmente estar con ellos a solas, recuerdo que nos quedamos mirándonos hasta que nos dimos un gran abrazo».

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