Según un estudio realizado por el Partido Animalista PACMA, el abandono de galgos que han sido utilizados para la caza sigue siendo un problema sin solucionar. Ya que la situación es devastadora, como han mostrado en su informe realizado en 2021, en el que se señala que en 2019 más de 8.000 perros fueron salvados del abandono por diferentes protectoras animalistas. Todos estos perros eran utilizados para la caza.

Por ello, han vuelto a recordar esta problemática en el Día Mundial del Galgo, en el que se recuerda la dignidad de estos animales, ya que es una raza muy castigada y maltratada que una vez deja de “servir” para la caza, en el mejor de los casos, se abandona.

Este exhaustivo informe realizado por PACMA contrasta con los datos que aporta el SEPRONA, ya que sostiene que en 2019 solo se abandonaron 8 perros. Según el Partido Animalista, esto solo demuestra el “descontrol general y administrativo que se lleva a cabo sobre las cifras de la caza. Es, a todas luces, imposible que solo se hayan abandonado 8 galgos en España en todo un año. Eso solo delata que o no se lleva un registro, o no hay interés por llevarlo.”

Pese a estos datos tan catastróficos, nadie ha intentado dar solución a esta problemática, ya que ni las administraciones competentes, ni el propio SEPRONA han sido capaces de realizar algún cambio, por pequeño que fuera, para que el abandono masivo de los perros utilizados para la actividad cinegética, una vez que ha finalizado su “vida útil”, finalice.

Asimismo, la propia PACMA señala que “las protectoras están formadas por gente mayoritariamente voluntaria, sin subvenciones. Se rompen la cabeza para recoger, tratar, rehabilitar física y mentalmente a estos animales y darlos en adopción para que finalicen sus vidas de forma digna. Lo mínimo que se espera es que la administración no se burle de su trabajo defendiendo cifras ridículas. Al final de la temporada de caza, cualquier transeúnte va a encontrarse con más de 8 perros abandonados en menos de un año en una zona de campo”.

Sin embargo, pese a esta gran labor que llevan a cabo las protectoras, la cifra tan estratosférica podría ser mayor, ya que no se contabilizan los que se pierden y no vuelven a aparecer o los que recogen particulares o las asociaciones que no llevan un control sobre las diferentes razas recogidas, los que matan o los que han recogido en otras protectoras que no han entrado dentro de este estudio. Según una estimación de PACMA, esta cifra ascendería un par de miles. Estos animales tienen más posibilidades de acabar en abandono o muertos, ya que “muchos mueren sacrificados por servicios de recogida de animales contratados con dinero público por las propias administraciones que, a su vez, están al servicio del lobby de la caza”, como comenta el Partido Animalista.

También comentan que “son perros que se adquieren y se desechan como herramientas de trabajo. El vínculo emocional que desarrolla el cazador con el perro es inexistente, por eso no hay ningún tipo de objeción moral en deshacerse de él. La única preocupación es, usualmente, no ser descubierto en el acto porque está socialmente mal visto” y por ello “es frecuente encontrarlos tirados a pozos, ahogados, ahorcados o muertos por inanición” según PACMA.

Sin embargo, el Partido Animalista seguirá trabajando para que este tipo de perros no sean de segunda y gocen de los mismos derechos que otros perros de compañía.