Publicado 5 May 2024 19:10 | Actualizado 5 May 2024 19:23

La Federación Taurina de Guadalajara, tras la supresión del Premio Nacional de Tauromaquía, ha pedido a «los aficionados taurinos del mundo» que «se olviden de premios, nacionales o autonómicos, porque son un placebo y no curan y dediquen su tiempo a otros esfuerzos».

«A organizar exposiciones en vuestros barrios, fomentar coloquios en vuestras universidades, leer libros de toros, comprar revistas de toros, pintar escenas taurinas, escuchar pasodobles taurinos, pedir rabo de toro estofado en los restaurantes, asistir a festejos taurinos de cualquier tipo, solicitar la enseñanza de la cultura taurina en vuestros colegios, preparar capeas con vuestros amigos, visitar ganaderías de bravo con vuestras familias y, sobre todo, difundir con orgullo y sin pudor todas aquellas manifestaciones culturales relacionadas con el mundo de la Tauromaquia».

«Hacer todo esto y podréis presumir del verdadero premio nacional de la Tauromaquia, que no es otro más que, gracias a la condición de sentirse taurino, tener el privilegio de disfrutar la cultura taurina, enseñarla y transmitirla a las siguientes generaciones. Los censores y priva libertades, nunca podrán obtener este premio.

Este es nuestro premio y nunca nadie, ministros incluídos, nos lo podrá quitar», han indicado en nota de prensa desde la federación.

Tras asegurar que «un premio nacional a una de las artes más reconocibles de este país, no se crea por casualidad, una manifestación cultural arraigada en un país, no se declara Bien de Interés Cultural por casualidad y una actividad como la Tauromaquia, no pervive a lo largo de milenios y se convierte en tradición de nuestros pueblos por casualidad», critican que «sí que es posible que por mera casualidad una persona puede llegar a ostentar la honrosa condición de ministro de Cultura de una de las naciones que más ha hecho en este mundo por el fomento de la Cultura (de toda la cultura) y, por mera ocurrencia y necesidad política, deshonrar el cargo y a todos los ciudadanos de este país».

«La cultura taurina ha existido –allende nuestros mares–, existe y existirá. Más allá de polémicas en los medios (y pseudo medios), bulos y medias verdades, comentarios anónimos de Twitter, decretos y sentencias varias, la realidad es tozuda».

«Los toros son cultura (así lo ha elegido el pueblo), los toros unen a las personas y los pueblos (más que les duela a much@s), los toros crean riqueza (donde más se necesita), los toros son de verdad (aún en la época fake en la que vivimos), los toros reviven nuestros pueblos (sin la ayuda de leyes interesadas y vacías contra la despoblación), los toros transmiten valores (de los positivos), los toros promueven la igualdad (la de verdad)».

Dicho esto, alegan que el mundo de la cultura taurnia, «más que les pese a muchos, sin ser de nadie, le pertenece a todo aquel que se quiera acercar a ella con respeto y pasión».

«Nadie (ni ministros, ni presidentes) se puede apropiar de ella, es del pueblo, es nuestra, la compartimos, la alimentamos pero nunca la vamos a abandonar», han concluido.

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