La maternidad o paternidad es una de esas cosas que por mucho que estudies o te prepares, hasta que no llegue, no sabes nada. Puesto que cada bebé es un mundo y lo que a uno le duerme en un minuto a otro ni lo nota. Por tanto, a ser madre o padre se aprende siéndolo. Sí, es algo raro teniendo en cuenta de que eres el encargado de que una persona sobreviva. Pero es así.

No obstante, seguramente que si acabas de tener un bebé o lo vas a tener en un futuro no muy lejano habrás leído bastante sobre el tema. E incluso habrás cuidado de tus hermanos pequeños o sobrinos. Aun así, no sabes qué te va a esperar una vez que conozcas a tu bebé. Sin embargo, siempre hay cosas típicas que se conocen. Ya sea debido a la sabiduría popular o a que son comunes a todos los bebés. Sobre todo, en el caso de los cuidados. Puesto que, aunque a tu bebé no le funcione todo lo que le funcionaba a tu sobrino, habrá siempre cosas comunes.

Por otro lado, ser padre o madre en esta época debe ser abrumador. Puesto que hay millones de informaciones diferentes sobre un mismo tema. En unas es malísimo, en otras la panacea… Esto hace que dudes más de cosas que seguramente no dudarías. Además, luego hay cientos de métodos de crianza en los que todos tiran por tierra el contrario y ponen el suyo como el correcto. No obstante, no todo es o blanco o negro. Por ello, debes hacer lo que creas correcto y evadirte un poco de toda esta nube.