Por tanto, como te hemos mostrado anteriormente, la mejor forma para contratar la potencia adecuada de la luz sería mediante el cálculo. Es decir, hacer una lista de los aparatos eléctricos frecuentes (lavadora, televisión, nevera…) e ir calculando de manera individual su consumo. Una vez que hagas esto, debes sumar todo y esa sería la potencia que necesitas. Sin embargo, esa potencia que te da sería si quisieras utilizar todos esos aparatos a la vez. Es decir, si vas a utilizar a la vez, la lavadora, el horno, el aire acondicionado y el lavavajillas, esa potencia es perfecta. De esta forma, sabrás exactamente qué potencia necesitas y contratar acorde a esto.

Por otro lado, si prefieres organizarte y ver qué combinaciones utilizar y contratar una tarifa menor también es correcto. Es decir, si tú contratas una tarifa menor, debes saber, por ejemplo, que no puedes tener encendido al mismo tiempo el lavavajillas y la lavadora. De esta forma, ahorrarás mucho más en tu factura de la luz.

No obstante, en la segunda opción, en la que contratas menos potencia, debes tener en cuenta de que cuando la demanda sea menor que la potencia contratada, saltará el diferencial. Es decir, que, si tienes más aparatos electrónicos funcionando de los que puede soportar tu potencia contratada, se irá la luz. Por ello, la recomendación siempre es contratar algo más de potencia de la que necesitas. Puesto que, alguno de los aparato que tengas enchufados puede estropearse cuando salta el diferencial.