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Publicado 8 Sep 2025 12:47

TOLEDO 8 Sep. –

El Gobierno de Castilla-La Mancha, en el Día de las Personas Cooperantes, que se celebra este 8 de septiembre, se plantea elaborar una herramienta que permita conocer cuántas personas de la región se encuentran trabajando en proyectos y conflictos internacionales.

Así lo ha trasladado la viceconsejera de Bienestar Social, Guadalupe Martín, junto al presidente de la Coordinadora de ONGD de la región, Fernando Gutiérrez; y el cooperante Manuel Lorenzo, en una rueda de prensa este lunes.

Dentro de los trabajos iniciados para adaptar la ley regional de cooperación a la nueva norma estatal que se aprobó el año pasado, se podría encuadrar «un mecanismo para poder tener una información más cierta» sobre el número real de cooperantes castellanomanchegos.

«Reconocerles en este día su trabajo, es de justicia también que nosotros seamos capaces de trasladar esa sensación de orgullo de Castilla-La Mancha, de personas que están trabajando en países lejanos, en circunstancias muy variopintas», ha afirmado Martín.

Según los datos de la Agencia Española de Cooperación, de las 2.700 personas trabajando como cooperantes de España el año pasado, había 119 personas de Castilla-La Mancha trabajando en proyectos en diferentes países. Este mismo lunes, está previsto que la agencia actualice esta cifra en relación a este año.

Además de esta herramienta, Martín ha aludido al programa voluntariado juvenil en cooperación –lo que era el antigua programa de jóvenes cooperantes en la región– para trasladar que el Gobierno regional sigue avanzando en ello.

La Consejería de Bienestar Social se ha encontrado –«gratamente»– la sorpresa de «voluntad de cooperación de entidades que están desarrollando proyectos de cooperación financiados por Castilla-La Mancha», que además trabajan en otros promovidos por diputaciones o ayuntamientos. «Nos han llamado y quieren saber cuándo lo vamos a poner en marcha para participar directamente».

En este punto, ha invitado, una vez se haga pública la convocatoria, a las entidades y jóvenes que quieran participar porque «es una experiencia muy importante en sus vidas».

La viceconsejera ha querido pedir, con las dificultades que generan los discursos «de odio, de xenofobia y de racismo», que no se extienda «el rechazo al diferente» y que llegue la «colaboración», el apoyo a los países que necesitan de sabiduría y de ciencia.

Por su lado, el presidente de la Coordinadora ha advertido de que se conmemora el día del cooperante en «un contexto muy difícil», con «un mundo muy complicado, con el número mayor de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial», contabilizando «más de 50 conflictos activos».

El genocidio en Palestina, la guerra en Ucrania, en Yemen o en Sudán, son algunos de los más importantes, «en un mundo muy convulso, muy afectado por el cambio climático, sobre todo en las poblaciones más vulnerables», ha afirmado.

Según datos de Naciones Unidas, a mediados de agosto, habían fallecido o habían sido asesinadas 265 personas que desarrollaban trabajo humanitario en muchos países. El número mayor en Palestina, alrededor de 173 personas, ha mencionado Gutiérrez.

Además, se ha hecho eco de «un contexto de recortes de los fondos de cooperación a nivel global», con un 7% menos de fondos de cooperación. «Debería haber más fondos, sin embargo está pasando lo contrario, que asistimos a un recorte de la solidaridad», ha afirmado.

En España se alcanza el 0,25% del PIB para cooperación, pero aún así se aleja de lo que establece «la ley estatal, un 0,7% en 2030» y de la media europea «el 0,47», ha precisado el presidente de la Coordinadora ONGD.

Por su lado, el cooperante Manuel Lorenzo, tras casi 18 años trabajando con la organización, ha relatado su experiencia en Marruecos, un aprendizaje que ha marcado y va a marcar su vida.

«Cuando trabajas como cooperante, estás en el terreno, puedes vivir en primera persona la capacidad que tiene la cooperación al desarrollo de cambiar y de mejorar la vida de muchas personas», ha afirmado.

De su experiencia, ha señalado que hay que cumplir los objetivos marcados por los organismos financiadores de los proyectos, ha aludido a la seguridad como dificultad añadida, dependiendo del país en el que el cooperante ejerza su labor, señalando además que surgen otros problemas como mantener la estancia en el país como «residente legal».

Asimismo, ha mencionado que, ya dentro del propio país, las organizaciones, en muchos casos, no están reconocidas por los estados «y eso es complicado», ha aseverado.

Siendo conscientes de que los cooperantes no pueden ser «superhéroes», ha indicado que son personas que dedican «su tiempo y su trabajo», pero no tienen «la legitimidad» para decir a los demás, en los países donde trabajan, «cómo tienen que hacer las cosas».

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