Cáritas rinde homenaje a los voluntarios que siguen acompañando a las víctimas de la dana

Publicado 26 Jun 2025 19:21

MADRID/ALBACETE 26 Jun. –

La LXXXIV Asamblea General de Cáritas, que se reúne estos días en El Escorial, ha rendido un homenaje especial a todas las personas voluntarias que acompañaron y que siguen acompañando ocho meses después a las víctimas de la dana, registrada en octubre del año pasado en Valencia, Letur (Albacete), Mira (Cuenca), Málaga y Jerez.

Por medio de la labor de estos voluntarios, las cinco Cáritas afectadas han conseguido acompañar a más de 16.300 personas con una inversión total de más de 10 millones de euros.

Según ha recordado Cáritas, la emergencia provocada por las graves inundaciones supuso un enorme reto para las Cáritas más afectadas debido a la gestión por primera vez de una crisis humanitaria «de dimensiones colosales», que puso «en tensión» su capacidad para dar respuesta a las necesidades de las numerosas víctimas.

Así se ha puesto de manifiesto en una ceremonia presidida por la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro y el presidente, Manuel Bretón, y que ha contado con la intervención de varios voluntarios y de los directores y secretarios generales de las cinco Cáritas afectadas: Rosa García (Albacete), Aurora Aranda (Valencia), María Paz Ramírez (Cuenca), José Miguel Santos (Málaga) y Milagros Díaz (Jerez).

La primera en tomar la palabra ha sido Aurora Aranda, la directora de Cáritas Valencia, la región que se llevó la peor parte de la tragedia con más de 200 personas fallecidas y cuantiosas pérdidas materiales. «Se me pone la piel de gallina porque los voluntarios tienen un gran valor», ha asegurado, al tiempo que ha agradecido el apoyo recibido por toda la red Cáritas. «Somos una gran familia», ha aseverado.

Por su parte, la secretaria general de Cáritas Jerez, Milagros Díaz, ha destacado que esta experiencia ha supuesto un crecimiento en la fe, ya que «mientras entraba el agua en las casas también entraba la esperanza en el corazón». «La respuesta fue inmediata gracias a los voluntarios. Dimos lo que esperaban de nosotros: acogida, presencia y acompañamiento. Cada ratito de escucha sirvió para la reconstrucción de la confianza de las familias afectadas. La tormenta pasó, pero el amor en medio del barro permanece», ha señalado.

Desde Cáritas Cuenca, su secretaria general, María Paz Ramírez, aseguró que «Cáritas y la parroquia han salido reforzadas» de la emergencia causada por la dana. «Hemos sido los únicos que hemos estado y hemos visitado a cada una de las 152 familias afectadas junto con el párroco», ha apuntado.

Además, la directora de Cáritas Albacete, Rosa García, ha explicado que la emergencia provocada por la dana en Letur supuso un aprendizaje y un cambio sobre la imagen que se tiene de la institución, ya que pasó de ser una organización financiada a ser financiadora. «Eso ha tenido sus resistencias porque es difícil digerir cuando Cáritas se cambia de papel. De la mano de las administraciones y de las Consejerías oportunas hemos ayudado a las familias, a las empresas, a pequeños negocios y hemos cofinanciado un centro de día para personas mayores», ha apuntado.

Asimismo, el director de Cáritas Málaga, José Miguel Santos, ha indicado que «en momentos de dificultad y de emergencia la unión de la confederación es muy necesaria para poder prestar apoyo a las personas en su sufrimiento».

Durante el acto, un grupo de voluntarios también ha tomado la palabra para compartir con todos los miembros de la Asamblea cómo transcurrieron aquellos días y lo que ha significado para ellos la labor realizada durante estos meses.

«La dana fue el momento de mostrar por qué estamos llamados a ser sembradores de esperanza. Ser voluntario de Cáritas no es un oficio, tampoco es un cargo institucional. El voluntario solo entiende de trato entre personas», ha asegurado el director voluntario de Cáritas Parroquial de Guadassuar, perteneciente a la Diócesis de Valencia, Vicente Osca. «Fue un auténtico tsunami humano de solidaridad», ha remarcado.

En concreto, en torno a unas 500 personas, de las cuales 193 se mantienen activas, ayudaron desde las comunidades parroquiales de toda la diócesis de Valencia para acompañar a las víctimas que perdieron a sus familiares, sus hogares y sus medios de vida. La solidaridad del voluntariado llegó también hasta Letur (Albacete), Málaga, Mira (Cuenca), Málaga y Jerez.

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