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Publicado 10 Dec 2025 15:06

· Fuente: Europa Press
¿Poco tiempo? Te resumimos esta noticia y aclaramos las dudas más habituales en un vistazo.

Los dos hombres acusados de agredir sexualmente a tres menores de edad en el municipio albaceteño de Chinchilla han negado que se produjeran tocamientos en una versión que ha chocado contra el testimonio de dos de las víctimas y de las peritos que han declarado este miércoles en la Audiencia Provincial.

Las profesionales, tanto la psicóloga que estudió el atestado de la Guardia Civil como las dos que atendieron a las menores como parte del sistema de protección de menores Revelas-m, han asegurado que el testimonio de las niñas en el atestado y en las sesiones que mantuvieron con ellas hasta su mayoría de edad son creíbles y confirman «la existencia de episodios de agresión sexual» por parte de los acusados.

Las peritos han explicado que las niñas presentaron en todo momento un fuerte sentimiento de culpabilidad y preocupación por el impacto que podría tener el proceso en sus familias y, en concreto, contra el padre de dos de las víctimas, acusado de permitir y favorecer las agresiones sexuales por parte del otro encausado. «Su testimonio está marcado en todo momento por la culpa, sobre todo en el caso de la hija mayor, que era más consciente de las consecuencias legales que podía tener para su padre y por ello era más reticente a contarlo con detalles», ha valorado una de las peritos.

La psicóloga que atendió a la más pequeña de las hermanas desde 2018 hasta el año actual ha detallado que la joven «fue siendo consciente con el tiempo de lo ocurrido», sobre todo «gracias a aislarse del entorno familiar, mantener una independencia de su padre y comprender lo que era un ambiente de protección», algo que no ocurrió con su hermana mayor, quien en la actualidad convive con él.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular han incidido en que este ha sido el motivo por el que la hermana mayor «fuera más reticente» a la hora de inculpar a su padre, recordando que en su testimonio la joven declaró «que su padre no siempre veía cuando su amigo las tocaba», pero «reconociendo por tanto que hubo veces que sí lo vio».

Ambos acusados han asegurado que no es verdad que se produjeran tocamientos. «Si lo hubiera visto, le habría pegado dos guantazos» a su amigo, ha afirmado el padre de dos de las víctimas, asegurando que a sus hijas «les han mareado demasiado la cabeza» para testificar en su contra.

No obstante, la acusación ha insistido en la credibilidad de las dos hermanas, quienes «en ningún momento tenían razones para mentir, ni siquiera fueron ellas quienes denunciaron y sintieron incluso que este proceso las perjudicaba». La denuncia la interpuso una orientadora escolar alertada por los testimonios de otro menor que aseguraba haber visto un video donde uno de los acusados tocaba a la menor.

Las defensas de los acusados han destacado que las víctimas en su testimonio del Juzgado de Instrucción negaron que hubiera abusos, a diferencia del atestado policial y de su declaración en el juicio. Las peritos han valorado que esto podría deberse a que en ese momento estaban más expuestas al entorno familiar.

Del mismo modo, las abogadas de los procesados han reseñado el hecho de que ningún trabajador del bar donde se produjeron los presuntos hechos viera lo ocurrido. La acusación ha sostenido que esto se podría deber a que los empleados estaban centrados en su trabajo.

Los hechos, según el texto de la acusación, ocurrieron entre la primavera de 2017 y enero de 2018, donde tres menores de edad sufrieron tocamientos en un bar por parte de uno de los acusados en presencia y con el consentimiento del padre de dos de ellas. Una de las víctimas, prima de las dos hermanas, retiró su acusación la tarde antes de comenzar el juicio y declaró que el presunto agresor nunca la tocó y que no vio que se lo hiciera a las otras dos menores. Este cambio de postura ha supuesto la absolución de su madre, quien también estaba acusada de consentir los tocamientos.

La Fiscalía solicitó en su escrito para el agresor cinco años de prisión y para el padre, seis años de cárcel. Además, también ha pedido para ambos una orden de alejamiento de 300 metros y una indemnización de 6.000 euros para cada una de las menores. El juicio ha quedado pendiente de veredicto.


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