.

Publicado 19 Oct 2025 09:44

Confía en que España contribuya al desarrollo con proyectos como la construcción de un túnel bajo el estrecho de Gibraltar

La ola de protestas juveniles que ha sacudido Marruecos ha dado «voz» en las últimas semanas a un colectivo que, según el ministro marroquí de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, está llamado a ser en sí mismo un factor para «dinamizar» y «acelerar» políticas públicas que puedan tener efecto en el conjunto de la ciudadanía y a las que el rey Mohamed VI intentó dar voz el viernes en un simbólico discurso por la apertura de las sesiones parlamentarias.

«Hemos notado una bajada de las movilizaciones, pero consideramos que el discurso real ha dado una visión», ha explicado Baraka en una entrevista a Europa Press en la que ha reivindicado el «plan de emergencia» puesto en marcha en los últimos años y que, como recordó el monarca, tiene entre sus principales objetivos reducir las desigualdades sociales y territoriales.

En este sentido, el ministro ha indicado que ya Mohamed VI en un discurso previo había advertido del riesgo de tener «un Marruecos con dos velocidades» y, ahora, el objetivo común sería trabajar hacia «una sola velocidad» que incluya a los jóvenes, un colectivo que arrastra una tasa de paro del 36,7 por ciento –entre los 15 y los 24 años de edad–.

Baraka ha señalado que el Ejecutivo no sólo «entendía» las protestas de la llamada generación Z sino de que de alguna forma las había «previsto» a tenor de los datos estadísticos. El plan de empleo es uno de los grandes objetivos fijados por las autoridades, que trabajan además en proyectos de desarrollo en el ámbito rural, toda vez que, según el ministro, la tasa de pobreza en los pueblos aún ronda el 12 por ciento, el doble que en áreas urbanas.

El Ministerio de Equipamiento y Agua aspira a combinar el desarrollo de infraestructuras con el social, por ejemplo favoreciendo la construcción de carreteras que conectan con escuelas o potenciando proyectos de desalinización o redes de saneamiento que permitan llevar el agua a todas las poblaciones de manera saludable y asequible.

Un desarrollo generalizado con el que Baraka busca por un lado «mejorar la situación» de todas las poblaciones y, por otro, garantizar su «dignidad» y dar «esperanza», especialmente a los jóvenes que puedan llegar a plantearse emigrar de Marruecos.

En el ámbito migratorio, Baraka ha alabado el actual grado de cooperación con España, incidiendo en que las fuerzas de seguridad de los dos países trabajan como «un sólo equipo». Una labor «tremenda», ha añadido, que habría permitido reducir la emigración hacia Europa y que debe desarrollarse de manera conjunta al desarrollo local, con efectos más a medio plazo.

El ministro ha asegurado que los proyectos de obras públicas que hay ahora mismo sobre la mesa están contribuyendo a crear empleos y ha sugerido que España puede desempeñar un papel relevante en el desarrollo marroquí, tanto por el nivel actual de integración económica y política como por el margen de maniobra que todavía existe para ampliar dicha cooperación.

Baraka ha puesto en valor que haya casi mil pequeñas y medianas empresas españolas ya implantadas en Marruecos o que alrededor de la mitad de las exportaciones de España a África lleguen al país vecino. «Marruecos es un mercado muy dinámico para España y eso también ayuda a tener enlaces importantes», ha argumentado.

Entre los sectores a potenciar, ha citado la energía, por ejemplo para apuntalar a Marruecos como potencia en el desarrollo de hidrógeno verde o la creación de un «enlace fijo» en el estrecho de Gibraltar que permita construir «un verdadero puente entre Europa y África» en el que España y Marruecos serían «los pilares de esa amistad».

Baraka ha defendido de esta forma el proyecto para construir un túnel submarino a través del cual pudiesen pasar vehículos y mercancías, equivalente al que conecta Reino Unido y Francia bajo el canal de la Mancha. Los estudios avanzan y las reuniones entre los gobiernos siguen para ver, entre otras cosas, «cuánto va a costar», ha resumido el ministro marroquí sin entrar en posibles plazos.

Sin embargo, y a falta de completar los detalles de este «proyecto estratégico», sí lo ve factible. Baraka percibe «voluntad de mantener y acelerar» los trabajos por ambas partes y ha recordado que no es una idea nueva, sino que se planteó por primera vez durante la etapa de Hasán II y Juan Carlos I como reyes de Marruecos y España, respectivamente.

Con respecto a la actual relación con el Gobierno de Pedro Sánchez, Baraka tampoco ha escatimado elogios y ha hablado de un vínculo «de amistad, de fraternidad y de destino común», ya que las dos administraciones coincidirían en su interés por hacer del Mediterráneo «una zona de prosperidad y estabilidad» y por seguir estrechando lazos.

El actual buen estado de las relaciones se cimenta en la carta que Sánchez remitió en marzo de 2022 al rey Mohamed VI y en la que se aludía al plan de autonomía para el Sáhara Occidental como «la base más seria, creíble y realista» para resolver la disputa territorial en torno a la antigua colonia española. Según Baraka, «es la posición más justa que se podría tener», si bien España aún se sitúa detrás de países como Francia o Estados Unidos, que sí han reconocido de manera directa la soberanía marroquí sobre el Sáhara.

Comparte esta noticia en tu red social favorita

Publicidad


Publicidad

INTERNACIONAL

Publicidad