Los talibán rechazan cualquiera presencia militar de EEUU tras las palabras de Trump sobre Bagram

Publicado 19 Sep 2025 10:05

Abogan por «relaciones económicas y políticas» entre Afganistán y EEUU que se basen «en el respeto mutuo y los intereses compartidos»

Las autoridades instauradas por los talibán tras hacerse con el control de Afganistán en agosto de 2021 han descartado cualquier presencia militar estadounidense en el país centroasiático, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desvelara que Washington está intentando recuperar el control de la base aérea de Bagram.

«Los afganos no han aceptado una presencia militar (extranjera) a lo largo de la historia y esta posibilidad fue totalmente rechazada durante las conversaciones en Doha y el posterior acuerdo», ha dicho Zakir Jalali, un alto cargo del Ministerio de Exteriores afgano, en referencia al acuerdo de paz firmado por el grupo y la primera Administración Trump en febrero de 2020.

«Las puertas están abiertas a otras interacciones», ha señalado en su cuenta en la red social X, donde ha subrayado que «Afganistán y Estados Unidos deben interactuar y pueden tener relaciones económicas y políticas fundamentadas en el respeto mutuo y los intereses compartidos, al margen de si hay una presencia militar estadounidense en Afganistán».

Trump afirmó el jueves que Estados Unidos está intentando recuperar el control de Bagram, símbolo del despliegue internacional en Afganistán, después de aludir al «desastre total» que supuso, a su juicio, la apresurada salida de Afganistán de las tropas norteamericanas y de otros socios occidentales ante los avances de los talibán y tras el acuerdo de paz de Doha.

En este sentido, lamentó que la base de Bagram, «una de las mayores del mundo», fue cedida «a cambio de nada». «Vamos a intentar recuperarla. Eso podría ser una pequeña exclusiva», dijo, para acto seguido sugerir un posible intercambio con los talibán. «Necesitan cosas de nosotros», esgrimió, antes de citar entre las «razones» por las que a Estados Unidos le interesa recuperar el control de las instalaciones que «está a una hora de distancia del lugar donde China fabrica sus armas nucleares».

El mandatario estadounidense ya sostuvo en febrero que la base estaría en manos de China, algo que fue negado por los talibán, que ya entonces descartaron cualquier posibilidad de que las instalaciones vuelvan a ser controladas por Washington tras su regreso al país cerca de 20 años después de ser derrocados por la invasión desatada tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

«No pondremos nuestro territorio en manos de ningún país. Bagram está en manos de nuestras fuerzas, no de China», reseñó entonces el portavoz de los talibán y viceministro de Información afgano, Zabihulá Muyahid, quien incidió en que «hacerse con Bagram es un sueño». «Estados Unidos debería olvidarse de esta idea», remachó.

La base de Bagram fue construida en realidad por la Unión Soviética en la década de los cincuenta del siglo pasado, pero Estados Unidos pasó a controlarla y la reconstruyó tras la caída de los talibán en 2001, hasta el punto de expandirla a lo largo de 77 kilómetros cuadrados. Tras la retirada de sus tropas, los fundamentalistas se hicieron con la base y con una gran cantidad de material militar que fue dejado atrás.

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