El Congreso quiere que los diputados se responsabilicen de los daños o incumplimientos que puedan causar sus invitados

La Cámara se dispone a regular las normas para las visitas tras registrarse daños al patrimonio y recibir quejas de trabajadores

El Congreso se dispone a aprobar unas normas para regular el funcionamiento de las visitas a la Cámara que contempla, entre otras cosas, que los diputados se responsabilicen de los daños al patrimonio que puedan realizar las personas que invitan a conocer la institución, una medida que viene precedida de quejas planteadas por varios colectivos profesionales de la Cámara.

En lo que va de legislatura ha aumentado considerablemente el número de grupos de ciudadanos que acuden al Congreso previa invitación de sus señorías que, según han informado a Europa Press trabajadores de la institución, en ocasiones no avisan con la suficiente antelación de su llegada y provocan problemas en los accesos y en las instalaciones.

Las visitas guiadas a la institución hace años que pueden realizarse, previa cita, en unos horarios concretos. El Congreso se puede visitar individualmente, identificándose al entrar, o en grupos, previa solicitud de la entidad correspondiente, que deberá concretar el número de visitantes y dar también sus datos. En 2024, acudieron 3.968 personas en visitas guiadas o en las Jornadas de Puertas Abiertas.

Pero el problema ha surgido con el incremento de visitas de grupo, en ocasiones muy numerosos, que organizan los propios diputados, máxime cuando no se comunican con antelación suficiente, lo que obliga a los servicios de la Cámara a tener que improvisar para garantizar su control y vigilancia.

Además, se han registrado varios casos de vandalismo, pues se ha apreciado daño al patrimonio de la institución, en especial a los escaños y escritorios de sus señorías. Y también es habitual que estas visitas colapsen uno de los autoservicios que funcionan en la Cámara donde comen diputados y principalmente, personal que trabaja en el Congreso.

Ante esta tesitura, la Mesa del Congreso ha empezado ya a estudiar un borrador de normas para unificar y reforzar el sistema de visitas y que contempla dejar claro que las entidades que solicitan el acceso de grupos, también los diputados, se responsabilizarán de los daños que puedan causar sus invitados y de los incumplimientos en los que puedan incurrir.

Según consta en el documento, al que ha tenido acceso Europa Press, el objetivo es contar con una regulación «clara, actualizada y eficaz» que permita compatibilizar la creciente demanda de visitas con el normal funcionamiento de la actividad institucional, y que sirva también para «proteger el patrimonio histórico y artístico de la Cámara, garantizar la seguridad de los visitantes, personal y los diputados» y «asegurar el respeto a la dignidad de la institución».

Y es que, recoge el borrador, la coincidencia de visitas organizadas de forma independiente por diputados y aquellas gestionadas oficialmente por la Unidad de Guías está provocando «desajustes, situaciones de saturación, riesgos de evacuación, dificultades de coordinación y alteraciones en los recorridos previstos».

Por eso se baraja poner un tope de personas a los grupos que invitan sus señorías, que no podrían superar la docena. Aunque el texto especifica que en estos no será necesaria la presencia de un guía, se deja claro que el diputado deberá «hacerse cargo de la visita bajo su entera responsabilidad». Eso sí, con el fin de coordinar adecuadamente el conjunto de visitas, se les recomienda que comuniquen con antelación sus intenciones a la Dirección de Relaciones Institucionales.

Además, los visitantes no podrán acceder a zonas de uso restringido, y se acotará la posibilidad de que las «personas ajenas» almuercen en el autoservicio o la cafetería. En concreto, no los podrán utilizar «los días en los que se haya convocado sesión plenaria, salvo autorización expresa expedida por la Dirección de Relaciones Institucionales». Asimismo, para la utilización del restaurante por personas externas se exigirá necesariamente una reserva previa por el responsable de la visita.

Respecto a las visitas guiadas se dejará constancia de que estarán «supeditadas a la actividad parlamentaria y a la disponibilidad de recursos humanos», en concreto en días laborables que no haya Pleno, que todas serán gratuitas y requerirán cita previa. En el caso de que las solicite un centro educativo, el alumnado deberá estar cursando o haber cursado al menos el primer curso de educación secundaria. Además, todos los grupos deberán estar acompañados de un guía y de un miembro del Cuerpo Nacional de Policía como personal de Seguridad, lo que ya se venía haciendo hasta ahora.

«Los visitantes deberán permanecer en todo momento junto a su grupo y seguir las instrucciones del guía, sin que esté permitido subir a la Mesa o a los escaños del Hemiciclo, tocar el mobiliario histórico o institucional, acceder con objetos punzantes o cortantes o con recipientes que contengan líquidos, geles o sustancias similares», reza el borrador, recogiendo lo que ya se aplica en la práctica.

Asimismo, el borrador establece que todas las visitas deberán canalizarse a través de la Unidad de Guías del Congreso y que «en caso de que alguna de las personas visitantes causara daños materiales o incumpliera las normas, la responsabilidad recaerá en la persona o institución que haya solicitado la visita, a la que, en su caso, se le reclamarán los daños y perjuicios causados».

También se regula la asistencia como público a los Plenos, previa reserva a través de la página web del Congreso de personas que tengan cumplidos los 16 años o estén cursando al menos primero de Bachillerato.