Añaden algas en la dieta de las vacas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

Publicado 3 Sep 2025 10:03

GRANADA 3 Sep. –

Un equipo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín, con sede en Granada y dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, junto con investigadores de la Universidad de Queen’s (Reino Unido) y del Centro de Investigación Alimentaria Teagasc (Irlanda) ha comprobado que la adición de algas a la dieta de rumiantes reduce sus emisiones de gases de efecto invernadero.

En concreto, las algas Himanthalia elongata y Fucus vesiculosus reducen hasta un 40 por ciento las emisiones de metano en una digestión in vitro, debido a su alto contenido de florotaninos, agentes antioxidantes, según ha informado la Fundación Descubre en una nota de prensa. Esta investigación está financiada con el proyecto europeo ‘SeaSolutions’ y el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.

Las algas marinas ya han demostrado su potencial como inhibidores de metano en rumiantes, lo que supone un efecto instantáneo en el cambio climático. La novedad de este artículo científico publicado en ‘Journal of Science Food and Agriculture’ fue «investigar, a la vez, seis especies de algas rojas y pardas procedentes de Irlanda». En todas ellas, se han analizado sus compuestos, la cantidad de florotaninos y su impacto en la fermentación de la digestión del animal, es decir, la cantidad de emisiones de metano y amoniaco.

En concreto, se han analizado Alaria esculenta, Ascophyllum nodosum, Asparagopsis taxiformis, Chondrus crispus, Fucus vesiculosus y Himanthalia elongata y dos extractos de algas marinas Himanthalia elongata y Chondrus crispus. Estas especies de algas se seleccionaron en función de la disponibilidad de biomasa, la composición bioquímica y la ubicación geográfica.

Sin embargo, como las algas no son el alimento natural de los rumiantes resulta necesario ajustar las dosis. «Si le damos una cantidad mayor al uno por ciento, pueden ser perjudiciales para el animal, por tanto, come menos y afecta su digestión», ha indicado uno de los autores del estudio, el investigador de la Estación Experimental del Zaidín David R. Yáñez-Ruiz.

Los investigadores analizaron el contenido de compuestos orgánicos volátiles y florotaninos de las algas marinas para comprender el modo de acción, a las cuatro horas de la ingesta, a las 24 y a las 48. En el primer tramo horario, dos extractos derivados de algas marinas Himanthalia elongata y Chondrus crispus obtuvieron una reducción de metano del 40,9 por ciento y el 31,1 por ciento, respectivamente. La primera especie fue la única alga marina probada que redujo la producción de metano en un 4,9 por ciento a las 24 horas.

A las 48 horas, Fucus vesiculosus, Chondrus crispus, Himanthalia elongata, Chondrus crispus y Himanthalia elongata mostraron reducciones de 14,4 por ciento, 2,9 por ciento, 1,9 por ciento, 2,8 por ciento y 42,8 por ciento, respectivamente. «Debido a su alto contenido de fluorataninos, las algas Himanthalia elongata y Fucus vesiculosus son prometedoras para la mitigación de gases de efecto invernadero en rumiantes, contribuyendo así a su seguridad alimentaria», ha resumido el investigador.

El equipo de la Estación Experimental del Zaidín se ha encargado de diseñar el ensayo de la digestión animal. Se trata de un proceso in vitro para medir cuánto gas expulsan los rumiantes. Para ello, se utilizan muestras del líquido de la panza de las vacas. Éste se incuba dentro de unas botellas de vidrio donde se añade una dieta característica del animal a la que se incorporan o no cantidades de todas las algas.

Luego la mezcla se gasea con dióxido de carbono, para simular la fermentación gastrointestinal. Se cierra el recipiente y se mantiene en una incubadora a 39 grados. En los tiempos determinados, se mide el gas y se recoge una muestra para analizar con cromatografía la concentración en metano.

Este proceso simplifica la digestión del rumiante y permite «medir muchas muestras en poco tiempo, lo que ha resultado útil en este tipo de ensayos donde se requería analizar muchas algas». Sin embargo, el siguiente paso contará con nuevos experimentos más complejos en las especies donde se han obtenido mejores resultados.

«Se trata de ensayos in vitro más prolongados con sistema de fermentadores que duran semanas, ya que existe un proceso de adaptación de la microbiota del animal donde los microorganismos de la panza degradan los compuesto antimetano y acaba el efecto», ha adelantado Yánez, quien ha añadido que las dos algas más prometedoras aún deben investigarse como ingredientes de alimentos dietéticos en estudios in vivo con rumiantes.

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