Valverde, satisfecho de que el acuerdo para que la Colección Cervantina Zunzunegui se instale en ‘la Casa de la Paca’

Publicado 17 Oct 2025 20:26

El presidente de la Diputación de Ciudad Real, Miguel Ángel Valverde, ha destacado este viernes en Pedro Muñoz el compromiso de la institución provincial con la preservación y puesta en valor del patrimonio cervantino, en el marco de la presentación del principio de acuerdo para la instalación definitiva de la Colección Cervantina Zunzunegui en ‘la Casa de la Paca’, un emblemático inmueble propiedad del Obispado.

El anuncio se ha realizado durante una comparecencia, en la que han intervenido también el alcalde de Pedro Muñoz, Alberto Lara, el párroco de la localidad, Damián Díaz, y la cervantista y académica italiana Patricia Prati, en el contexto de las jornadas preparatorias del I Congreso Internacional de Traductores del Quijote, que se celebrará en el municipio del 16 al 18 de octubre de 2026.

Valverde ha valorado este paso como «uno de los anuncios culturales más ilusionantes de los últimos años en la provincia», y ha puesto de relieve la trascendencia que tendrá la llegada de la Colección Zunzunegui, integrada por más de 900 ediciones del Quijote en más de treinta idiomas, así como materiales bibliográficos, artísticos y documentales de incalculable valor, ha informado la Diputación en un comunicado.

Ha asegurado, a este respecto, que «Pedro Muñoz formará parte de ese mapa cultural que proyecta al mundo la esencia de La Mancha y el legado de Cervantes». Y ha puesto como ejemplo el paralelismo entre estos proyectos y el que se plantea ahora con ‘la Casa de la Paca’, un edificio solariego de los siglos XVI-XVII que, tras una cesión que de está ultimando entre el Obispado y el Ayuntamiento, acogerá en el futuro el nuevo Museo Cervantino de Pedro Muñoz.

«Será un espacio abierto al mundo, donde se celebre la palabra, la traducción y los valores universales que el Quijote encarna: el respeto, la justicia, el honor y la ayuda a los más necesitados», ha precisado.

Por su parte, Lara ha expresado su satisfacción por el anuncio que «pone el broche de oro al patrimonio cultural y simbólico de Pedro Muñoz».

Ha dicho que ‘la Casa de la Paca’, «uno de los primeros recursos históricos y culturales del municipio», conserva cinco siglos de historia y una gran carga sentimental para los pedroteños, al haber sido legado de doña Francisca Ramírez de Cañas, ‘la Paca’, a la Iglesia Católica.

«Con la llegada de la colección cervantina, este espacio se convierte en un auténtico santuario de nuestra identidad manchega», ha señalado el regidor pedírtelo, destacando también el apoyo recibido por parte de la Diputación y del Grupo de Desarrollo Rural Mancha Norte para otros proyectos patrimoniales como la Fábrica de Harinas del siglo XIX, recientemente musealizada.

El párroco de la localidad ha recordado que la Casa de la Paca fue donada hace cincuenta años a la parroquia y que desde entonces se ha destinado a actividades pastorales y sociales. «Si este edificio ha llegado a nuestros días en este estado de conservación es gracias al cuidado que la Iglesia ha mantenido durante décadas», ha afirmado.

Díaz ha explicado que el proyecto contempla la construcción de nuevas instalaciones parroquiales en otros terrenos cedidos por el ayuntamiento al Obispado, «de modo que todas las partes salgan beneficiadas y Pedro Muñoz gane un nuevo espacio para la cultura y la fe».

Por último, la cervantista y académica italiana Patrizia Prati, especialista en la obra de Cervantes, ha cerrado su intervención destacando el valor de la Colección Zunzunegui como «una de las más completas del mundo», con ediciones en múltiples idiomas que «enriquecen el panorama literario y humano a escala internacional».

Prati ha avanzado los primeros detalles del I Congreso Internacional de Traductores del Quijote, que se celebrará en Pedro Muñoz del 16 al 18 de octubre de 2026 y que estará dedicado a las traducciones al francés. El encuentro reunirá a expertos de todo el mundo y contará con un laboratorio práctico de traducción, una experiencia inédita en este tipo de congresos.

Antes de la comparecencia ante los medios, Valverde y Lara han visitado la colección Zunzunegui, uno de los espacios cervantinos más destacados del país por la calidad y el valor histórico de sus fondos.

Donada por la familia del mismo nombre en cumplimiento de la voluntad de Luis María de Zunzunegui, reúne un total de 900 piezas entre volúmenes, ediciones y objetos relacionados con Miguel de Cervantes y El Quijote. Se trata de una de las colecciones cervantinas más completas de España, tanto por la rareza de algunos ejemplares como por su diversidad temática y geográfica.

Entre las joyas bibliográficas destacan una tercera edición inglesa de Thomas Shelton, fechada en 1652 y firmada por el propio traductor –considerado el primero que vertió el Quijote a otro idioma–, una edición publicada en los Países Bajos en 1696, y varios ejemplares españoles de los años 1735 y 1750.

La colección incluye, además, una obra dedicada a la reina Isabel II, ediciones miniatura, versiones ilustradas por Gustave Doré y otros artistas europeos, así como traducciones a más de treinta, entre ellos el inglés, francés, italiano, japonés, árabe, hebreo y ruso.

También han visitado ‘la Casa de la Paca’, situada en la calle Tahona, uno de los edificios más emblemáticos del municipio, tanto por su valor patrimonial y arquitectónico como por su significado sentimental para los vecinos. Su nombre hace referencia a Francisca Ramírez de Cañas, conocida popularmente como ‘Paca’, última propietaria de la vivienda, quien legó la casa a la Iglesia Católica tras su fallecimiento.

Se trata de una casa solariega de tipología manchega, de grandes dimensiones, formada por varios cuerpos rectangulares construidos en tapia sobre base de mampostería, todos ellos dispuestos en torno a un patio interior. El cuerpo principal presenta dos alturas y cubierta de teja curva a cuatro aguas.

La portada principal, situada en el centro de la fachada, destaca por su despiece de sillería moldurada en piedra de toba rojiza y por un gran escudo nobiliario que preside el conjunto. En el dintel se conserva una cruz flanqueada por la inscripción «Año de 1761», que documenta la última gran intervención constructiva del edificio.

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