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Publicado 6 Aug 2025 15:20

CIUDAD REAL 6 Ago. –

El Ayuntamiento de Valenzuela de Calatrava ha rendido homenaje a Miguel López Herrera y Manuel León Gómez, vecinos del municipio que fueron víctimas de la represión franquista tras la Guerra Civil, en el campo de concentración instalado en la localidad vizcaína de Orduña.

Tras un proceso de identificación de las víctimas y contacto con sus familias, en colaboración con el Instituto de la Memoria, Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco (Gogora), el municipio ha hecho entrega de una placa conmemorativa a las nietas de Manuel León Gómez, Manuela y Encarnación Donoso León. Asimismo, se ha homenajeado a Miguel López Herrera, aunque no se han podido encontrar descendientes directos, según ha informado el Ayuntamiento por nota de prensa.

El alcalde de Valenzuela de Calatrava, Honorio Cañizares, ha querido destacar que «es un deber moral como institución no olvidar a quienes fueron perseguidos por defender sus ideas».

Además, ha subrayado que «la historia también se honra desde los pueblos, y la memoria de Miguel y Manuel ya forma parte del legado colectivo de Valenzuela».

El Ayuntamiento de Valenzuela ha mostrado asimismo su agradecimiento a las instituciones vascas por la labor realizada y se ha sumado a este proceso de recuperación de la memoria y dignificación de las víctimas.

REPRESIÓN EN ORDUÑA El antiguo colegio jesuita de Orduña fue convertido por el régimen en un centro de internamiento por el que pasaron cerca de 50.000 personas, muchas de ellas procedentes de las provincias de Ciudad Real, Badajoz, Málaga o Toledo.

Allí, fueron recluidos no solo intelectuales, alcaldes, maestros o sindicalistas republicanos, sino también simples trabajadores y jornaleros del campo. Entre ellos, dos vecinos valenzoleños, Miguel López Herrera y Manuel León Gómez.

En 2012, el Ayuntamiento de Orduña reprobó lo sucedido, pidió perdón por su papel en aquellos hechos y, junto al Instituto de la Memoria, Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno Vasco (Gogora), puso en marcha un proceso de identificación de las víctimas y contacto con sus familias.

Las investigaciones revelaron que Miguel y Manuel fueron enterrados junto a otros trece prisioneros en el cementerio de Orduña.

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