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Publicado 7 Nov 2025 17:32

· Fuente: Europa Press

Pide no conceder autorizaciones de regadío si no se ajustan a condiciones de eficiencia TOLEDO 7 Nov. –

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha dicho este viernes, durante su intervención en la 16ª sesión plenaria de la Asamblea Regional y Local Euromediterránea, (ARLEM), que la gestión del agua «no debe comportar nunca que esta se gestione en unos territorios a costa de la dificultad de gestionarlo en los territorios vecinos».

«En realidad, hay una gran falsedad cuando se habla de excedentes, pues es muy difícil encontrar que realmente existan», ha dicho el titular el Ejecutivo castellanomanchego, que desde Palermo ha sugerido establecer un criterio de cuando se comparte el agua o cuando se gestiona, «sabiendo que no respeta fronteras, se tiene que hacer siempre sin perjuicio de los vecinos».

«Se dan casos, como se está dando en España, en el que la sobredimensión de gasto de agua para regadío ha comportado que las zonas de donde procedía el agua, a través de trasvases, no ha permitido ni siquiera el consumo de población, teniendo que abastecer a pueblos con cisterna», ha denunciado, según informa el Gobierno en nota de prensa.

Por ello, a su entender, la prioridad pasa, según García-Page, por gestionar el agua sin perjudicar a territorios vecinos. Asimismo, el presidente regional ha subrayado que el agua no conoce fronteras y que las políticas hídricas deben garantizar la equidad entre regiones.

En esta misma línea, ha reclamado una estrategia europea y mediterránea para la gestión sostenible del agua en Europa y el Mediterráneo, subrayando que el cambio climático y la falta de coordinación están poniendo en riesgo el abastecimiento y la sostenibilidad ambiental.

García-Page ha añadido que existe un problema en concreto con aquellos discursos que «niegan la crisis climática y ambiental», convencido a su vez de que se trata de argumentos que solo fomentan el egoísmo y dificultan la búsqueda de soluciones compartidas.

«Priorizar el abastecimiento humano» es una de las premisas que ha puesto sobre la mesa el jefe del Ejecutivo regional, que recordó que el 90 por ciento del consumo de agua se destina a la agricultura, por lo que es imprescindible garantizar primero el acceso al agua potable en todos los territorios europeos y mediterráneos.

También ha exigido eficiencia en el uso agrícola del agua y ha propuesto establecer un calendario común que obligue a que todo el regadío se realice bajo criterios de eficiencia y sostenibilidad, como el riego por goteo. «Es un deber moral, además de una necesidad», ha subrayado.

En su intervención Emiliano García-Page ha considerado que la desalación del agua debe ser una prioridad en la estrategia europea y mediterránea, explicando que la tecnología actual permite reducir costos y minimizar impactos ambientales. En este sentido, ha lamentado que en países como España no se aproveche toda la capacidad instalada de desalación.

Asimismo, ha pedido garantizar que los ríos mantengan un caudal ecológico mínimo, advirtiendo que su sobreexplotación provoca contaminación en el mar Mediterráneo. Por todo ello, ha pedido un mayor respeto por los principios naturales que históricamente han determinado la ubicación de pueblos y ciudades en torno a fuentes de agua.

Y es que para el presidente de Castilla-La Mancha «no se puede tratar el agua como una simple red de cañerías», reiterando a su vez que la desalación debe convertirse en un principio preferente para asegurar el futuro hídrico del Mediterráneo.

«No debiera existir, y este es un compromiso a asumir en toda Europa, ningún rincón de la región y del Mediterráneo que no pueda beber, primero beber. Este principio que parece sencillo no se aplica prioritariamente en todos los sitios de la misma manera. En segundo lugar, establecer un calendario y una determinación clara de que la gestión del agua para el regadío tiene que tener condiciones de eficiencia, de riego sostenible, de riego por goteo» ha argumentado el presidente.

Finalmente, García-Page ha reivindicado la necesidad de establecer un calendario preciso para que, a partir de ese momento, no se cuente con autorizaciones de regadío si no se ajustan a condiciones de eficiencia.

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