El cómico y marionetista castellanomanchego Mario Ezno

Publicado 15 Jun 2025 11:26

· Fuente: Europa Press

TOLEDO 15 Jun. –

El cómico y marionetista castellanomanchego Mario Ezno lleva a sus espaldas 57 países recorridos junto a su títere y compañero de aventuras Manolo Bolaño, revolucionando tanto las calles como las salas de teatro con un espectáculo improvisado que desata las risas entre el público y que pretende poner en valor el trabajo de los artistas callejeros.

Con más de 50 shows cerrados para esta temporada, el artista pretende que se valore el trabajo en su tierra para no tener que buscar trabajo fuera de casa ya que, según ha expresado, siempre le gusta llevar Castilla-La Mancha por bandera y decir que es de Cuenca.

En este sentido, Ezno ha creado uno de los vídeos más virales del Día de la Región para «abrir la conciencia» y poner en valor a los artistas locales y, sin recurrir a los tópicos, explicar «simplemente de corazón» lo que es Castilla-La Mancha.

«Este año tengo cincuenta y pico funciones y pocas son en Castilla-La Mancha y me he dado cuenta de que puede ser un melón para crear demanda social en mi propia tierra, porque yo que soy de ahí, que lo vivo, que lo siento, que amo esa tierra, ¿por qué tengo que ir siempre a trabajar fuera? ¿por qué no me contratan los de casa?», ha explicado el cómico.

Fue hace 10 años cuando Ezno emprendió un viaje sin brújula, sin saber qué le iba a deparar el destino. Una primera etapa feliz, «la más feliz» de su vida, que se vio truncada cuando sufrió un accidente en Australia. Los altos costes del hospital y su imposibilidad de hacer frente a los pagos, hicieron que Ezno regresara a España, sin un proyecto entre manos.

Si algo tenía claro el artista era que necesitaba una excusa para viajar, un «algo» que entrara en su maleta de viaje y le acompañara allá donde fuera. Así surgió un proceso creativo que le condujo a crear a su primer personaje, sin saber que teminaría convirtiéndose en «una extensión más de su cuerpo, una parte más de él», ha explicado Ezno.

De esta manera, jugando con el acierto y el error, nació Manolo Bolaño. «Al principio simplemente tuve la idea y me puse a hacerlo, dije ‘voy a hacer una marioneta’ y me puse a construirla sin pensar ni en un personaje, ni en cómo se iba a mover, ni en nada», ha señalado Ezno, mientras ha argumentado cómo se fue dando cuenta de que el carácter de su títere le recordaba a «algo muy español, muy castizo y muy canalla».

Un camino lleno de cambios, desde unos comienzos en Nepal, con un trabajo gestual y musical que requería de un esfuerzo constante por memorizar unos guiones en el idioma del país indio, hasta su regreso a España, que supone para Ezno un punto de inflexión que le permite dar rienda suelta a su imaginación y a sus chistes.

En este momento, su títere Bolaño comienza a evolucionar. Un títere en constante evolución que, según ha explicado Ezno, da lugar a pensar si «realmente será el alter ego» del artista o, simplemente, «el viejo cascarrabias» en el que este algún día se puede llegar a convertir.

De la mano, Ezno y Bolaño buscan crear espectáculo, ofrecer un clima cálido para sacar sonrisas entre el público y hacer que cualquier persona que disfrute de su show, «se olvide de lo que ocurre a su alrededor» y que sólo pueda disfrutar de la puesta en acción.

El artista pide «disfrutar de un evento único, que no hay nadie haciendo improvisación con títere de hilo», en el que empieza el show y se ve a un títere a una persona vinculado que cuenta experiencias de vida, avanzando como un tándem, «con historias cotidianas que le pasan tanto a un artista de calle o como a cualquier ciudadano», ha señalado Ezno.

El público más crítico al que Ezno y su compañero se tienen que enfrentar es el infantil. «Los niños juegan de verdad, ellos vuelcan su imaginación y no les puedes faltar el respeto porque ellos están inmersos en un mundo donde no todo vale, a diferencia de los adultos, que muchas veces se salen fuera del espectáculo» o simplemente ven a Ezno y no centran su atención en el conjunto.

Sobre las diferencias que existen entre el lugar que acoge su espectáculo, para Ezno la calle «quita la presión del espectáculo», porque ahí, el artista «regala su trabajo», ya que únicamente coloca un cubo dando la libertad al espectador para que decida. Sin embargo, el «hándicap» está en las salas y en los teatros porque los espectadores han comprado una entrada.

Aunque por la tranquilidad el artista opta a la calle, ha señalado que el valor de actuar en una sala o teatro es «muy potente», ya que el espectáculo crece de «una manera inmensa» y la presión desencadena un «pedazo de show» que es increíble, ha explicado el artista mientras ha asegurado que hacer teatro es «mucho más fácil».

Por otro lado, las redes sociales han influido en la carrera del marionetista y, aunque no han sido determinantes ni vive de ellas, puede utilizarlas para mostrar su trabajo como titiritero. Gracias a la vía digital puede darse a conocer en lugares donde antes le era imposible acceder e incluso le ha proporcionado trabajos en sitios donde a lo mejor no le habrían conocido nunca.

Si algo quiere cambiar a través de su trabajo es la persecución al artista callejero, que condiciona, más que a nivel económico, a nivel psicológico. «Es muy duro ver que lo que tú estás haciendo es un trabajo y que para la sociedad no es un trabajo», ha reconocido.

Fuera de España, Ezno ha expresado que la sociedad sí que respeta el trabajo y no está penalizado. En este sentido, ha asegurado que otros países sí que cuentan con él e incluso le premian por sus trabajos.

En cuanto a la solución, el artista cree que es generacional, ya que tiene que pasar el tiempo para que la sociedad interiorice este arte. Por ello, a través de sus vídeos en redes sociales, Ezno intenta dar a conocer su trabajo y sus funciones creando una escuela.

Si tuviera que elegir qué premio ha sido el más importante para él, Ezno lo tiene claro, fue el día que su abuelo lo vio actuar en la televisión.

«El día que yo llegué a mi pueblo, a Huete, y vi a mi abuelo darme la enhorabuena por el trabajo que estaba haciendo, ese día dije ahora sí, ahora ya estoy reconocido, fue como una de las cosas más grandes que te pueden pasar, que la familia vea en ti que realmente estás luchando y peleando por un sueño y que ese sueño al final se cumple, fue increíble», ha señalado el titiritero.

En este arte, donde los muñecos cobran vida, Castilla-La Mancha y, en especial, Cuenca tienen mucho que decir, por lo que el artista ha recordado a Doña Rogelia y le ha parecido imposible explicar cómo reaccionaría Manolo Bolaño si se encontrara con ella.

«Ahí tendría que hacerlo solo él, porque yo estaría tan emocionado de poder verla y poder escucharla otra vez que tendría que trabajar él solo, sería magia», ha señalado Ezno.

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