La artista plástica y tatuadora Laura Egea

Publicado 16 Jul 2025 08:52

Esta artesana del tatuaje convierte la piel en lienzos donde fusiona el realismo con la fantasía en tonos vibrantes

Laura Egea, artista plástica y tatuadora en su propio estudio, Musa Tattoo, que se sitúa en Cuenca capital, ha reivindicado el tatuaje como forma de expresión artística y ha destacado la importancia de poner alma a los diseños. Tener una buena base de dibujo, crear tatuajes con esencia y dar un toque único a las piezas, es otra de las propuestas que lanza esta conquense de adopción en el Día Internacional del Tatuaje, que se conmemora este 17 de julio.

El fuerte de esta artista reconocida a nivel internacional son las piezas a color con un estilo a caballo entre el realismo y la fantasía. Desde pequeña pinta al óleo y ha cursado el grado en Bellas Artes en Cuenca y diversas ciudades de Alemania y México. Tatua desde 2013 y ha pasado por varios estudios antes de abrir el suyo propio. Ha tatuado como invitada en otros estudios nacionales e internacionales y ha obtenido diferentes premios en convenciones de tatuaje.

Con este bagaje a sus espaldas, Laura Egea ha hablado con Europa Press con motivo de la celebración del Día Internacional del Tatuaje. Un mundo en el que hay «muchos frentes abiertos», pero en el que esta tatuadora ve bien que, por ejemplo, haya certificaciones o que exista «un gremio» que se centre en combatir los estudios de tatuajes ilegales y la competencia desleal. Aunque entiende que «todo el mundo tiene que empezar de alguna manera», el problema –dice– «es cuando ya esto se deriva a un negocio que realmente se hace en la sombra». Por ello, ve bien que haya «un poco de orden».

En cuanto a la homologación de las tintas para tatuajes, no ve bien que haya discrepancias entre España y otros países de la Unión Europea o americanos, porque «al final la industria del tatuaje es algo que está globalizado en cierto modo».

Para esta artesana del tatuaje es fundamental una buena base de dibujo. «Mucha gente piensa que no hace falta dibujar porque sigues la línea del calco», pero advierte de que «el calco va a llegar un día que se te borre, porque el cliente suda, porque no lo has pegado bien», y «tú tienes que saber cómo salir de ahí». «Cuanto más sepas, más libre eres», apostilla Laura.

Además, considera que la profesión de tatuador está bastante bien valorada en España. «Yo tengo un montón de clientes que me lo demuestran cada día. Que te escriben, que quieren tatuarse contigo». Una sociedad que, según esta artista, se abre cada más a comprar arte. Y, en el caso del tatuaje, «ese cuadro lo llevas puesto» en tu piel y forma parte de ti. «Es el mejor regalo que se puede hacer uno a sí mismo».

Todo esto lleva a esta profesional de los diseños artísticos y exclusivos a asegurar que los tatuajes han dejado de ser un tabú. «Ahora cualquiera lleva un tatuaje. Yo creo que ya lo raro es quién no lleva un tatuaje». Asimismo, ha reivindicado los tatuajes artísticos y los tatuajes con alma. Unos diseños que te transmiten algo y que te remueven por dentro. De este modo, ha pedido dar a los ‘tattoos’ ese valor que se merecen y reivindicarlos como forma de expresión artística.

El mundo del tatuaje siempre llamó la atención a Laura, pero empezó a explorarlo tarde por su fobia a las agujas. Animada por amigos por lo bien que dibujaba, esta joven de Talavera de la Reina se lanzó a esta aventura. «Me parecía fascinante el poder realizar piezas sobre la piel de otra persona y que esa persona te lleve a ti para siempre», asegura Laura Egea, quien ha definido sus tatuajes como «cuadros andantes».

Esta artista de la tinta reconoce que los diseños de rostros femeninos le «encantan», pero también los animales o las plantas, ya que la naturaleza es una gran inspiración para ella. «Siempre me ha gustado mucho pensar en esa conexión de naturaleza y el misterio», admite esta tatuadora a quien le gusta crear escenarios en los que siempre te vayas a plantear el porqué. «Eso es lo que busco, que siempre haya preguntas alrededor del tatuaje».

Una de las partes más estresante de su trabajo –confiesa Laura– es el hecho de cometer a algún error. «Esa presión de todos los días de tu vida tener que hacer un trabajo perfecto, es muy bonito, por un lado, porque te hace superarte a ti mismo constantemente, pero por otra parte es mentalmente es agotador».

Laura realiza diseños personalizados y nunca los repite porque, según afirma, «cada persona debe llevar el suyo». «Supongo que a todo el mundo le gustaría llevar una pieza única», ha dicho esta artista, quien asegura que suele acertar, el 99 por ciento de las veces, con el diseño, aun sin haber visto nunca a la persona. «Tengo mucha intuición», manifiesta la regente de Musa Tattoo.

«A lo mejor tú me pides un tatuaje y otra persona me pide lo mismo y nunca va a ser igual. Siempre lo voy a diseñar de otra manera, como que trato de captar la esencia de esa persona y también, como comentaba antes, de crear historias a partir del tatuaje, que esa persona vea su tatuaje y diga, ah, pues esto me transmite tal».

«Lo que pensamos ahora no es lo mismo que de aquí a cinco años. Yo en cinco años voy a cambiar, tú también, todo el mundo. Pues la cuestión es que esa persona, de aquí a cinco años, ese tatuaje le siga transmitiendo cosas y, a lo mejor, le transmite algo diferente, acorde a sus vivencias y acorde a su estado de ese momento».

Tal es la cantidad de encargos que tiene Laura, que ha tenido que optar por abrir y cerrar agenda cada tres meses para no «agobiarse» porque ha llegado a tener lista de espera hasta de un año. «Lo que hago es que abro un día, recibo solicitudes y de ahí voy filtrando», aunque la gente que antes se ha tatuado con ella tiene preferencia porque «muchas veces es acabar proyectos o algo que ya hemos hablado previamente».

Una de las metas de esta artista del tatuaje es conseguir buscar el equilibrio entre trabajo y vida privada ya que no solo son las 8 o 9 horas que está en el estudio, sino que cuando llega a casa tiene que contestar los «100 mensajes o los que sean», y también tiene que sacar tiempo para diseñar. «Hay diseños que a lo mejor me llevan 8 o 10 horas hacerlos», ha puntualizado.

La mayoría de su clientela en Cuenca es nacional, pero también viene clientela internacional. «Americanos vienen muchos aquí», incide esta ilustradora de la piel, que trabaja muy a menudo en Estados Unidos. «Así, pues muchos, en vez de venir hacia acá, pues ya se esperan y se lo hago allí», algo que le viene bien a Laura porque supone «un cambio de aires» y le permite viajar y aprender idiomas.

Laura no pensaba que le fuera a gustar Nueva York, porque ella –reconoce entre risas– que es «muy de pueblo», pero sin embargo cuando fue para allá le encantó. «Vi puntos positivos y empecé a ir y venir». Ha pasado ya por muchas convenciones, y han sido varios los premios que ha recibido, pero para Laura el más importante fue el ‘Best of Show’ en la Expo Tattoo de Barcelona dentro de BAUM Fest.

«Me dieron el Best of Show que era como el mejor tatuaje de toda la convención», algo que le hizo «muchísima ilusión». «No me lo creía», dice esta tatuadora porque siempre ha tenido el síndrome del impostor. «Siempre he sentido que lo que hacía no era suficientemente bueno o no era válido o me sentía siempre muy pequeñita, a pesar de que la gente te anima, le encanta tu trabajo o iba recibiendo premios». No obstante, ya empieza a entender que si a la gente le gusta su trabajo «pues será por algo».

Laura trabaja además con las técnicas del tatuaje estético y la micropigmentación, como por ejemplo la reconstrucción de areolas. Cuando la cliente ve que su pecho vuelve a tener un aspecto «muy real» y visualmente queda «muy bien», pues es «un plus de autoestima y de sentirte bien contigo mismo».

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