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Publicado 27 Aug 2025 13:11

CUENCA 27 Ago. –

La pasarela del Arco de Bezudo de Cuenca ya está abierta a los viandantes tras una obra pensada para aminorar el problema del tránsito en esta parte del Casco Antiguo, en la que confluyen coches y peatones, y de paso crear dos nuevos miradores con vistas a la Hoz del Júcar.

El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha felicitado a los arquitectos redactores del proyecto, los hermanos Javier y Miguel Ángel Redondo, porque considera que «es una obra magnífica».

También ha dado las gracias a la constructora, Obrescam, y a Pedro Miguel Ibáñez, el historiador que ha compilado los textos históricos de los paneles para los visitantes.

Dolz ha recordado que, antes de esta obra, los peatones tenían que ir por la calzada del puente. Ahora las personas y los vehículos solo coinciden en el tramo bajo el propio Arco de Bezudo, por lo que para mayor seguridad se va a estudiar algún tipo de regulación de tráfico, como algún semáforo o una pantalla de espejo que muestre a los conductores que hay gente preparada para pasar.

El primer edil ha explicado que este proyecto se enmarca en una subvención concedida a las Ciudades Patrimonio con fondos europeos. A Cuenca le han correspondido 3 millones de euros del Gobierno de España.

La inversión en la pasarela del Arco de Bezudo ha ascendido hasta los 400.000 euros y el resto irá a la rehabilitación del paño de la muralla desde la parte del Castillo hasta la Puerta de Valencia.

Sobre esta iniciativa, Dolz ha adelantado que ya hay empresas interesadas en la redacción del proyecto y espera que la semana que viene se pueda anunciar el encargo.

Los arquitectos Miguel Ángel y Javier Redondo han dado algunos detalles sobre esta pasarela del Arco de Bezudo que, desde el mismo momento en el que se ha abierto al público, ha comenzado a recibir a los primeros viandantes.

«Este un punto muy importante por el valor patrimonial, pero también para el paso de peatones y había un conflicto que hemos intentado aminorar en la medida de lo posible», ha explicado Miguel Ángel sobre este proyecto, que nace de un concurso arquitectónico que ganaron hace casi veinte años y que no se había podido ejecutar hasta ahora.

La pasarela, de dos metros de ancho por veintidós de largo, está construida con acero cortén, «un elemento noble que sabe envejecer y dialogar con el patrimonio y también le deja una huella de nuestra arquitectura actual». El arquitecto ha apuntado que, a medida que el metal envejezca, el color quedará más integrado con el color de la piedra.

Ha sido necesario traer de fuera de España un tipo de viga que ya no se construía aquí y se han construido esos dos miradores «que además de solucionar el problema, pueden llegar a enriquecer de cara al turista».

Otro valor que aporta la nueva pasarela es la iluminación nocturna, «que también puede ser un referente en el Casco Antiguo y una muestra de cómo se pueden hacer actuaciones en elementos patrimoniales con aire de modernidad».

Por su parte, Javier Redondo también se ha felicitado de haber podido hacer realidad aquel proyecto que gestaron en el año 2007 «y que ha rescatado esta Corporación municipal con ese apoyo que tiene por el patrimonio y la sensibilidad de nuestra ciudad».

«Lo que pretendíamos era, con un lenguaje actual y siendo coherentes con la sociedad en la que vivimos, tender un puente, de manera literal y también poética, entre el pasado y el presente, generando además , dos laterales muy opuestos: uno más opaco, que dialoga con el puente y lo respeta, y otro muy abierto, de manera que genera no solo los dos miradores de los extremos, que suman casi 80 metros, sino toda la pasarela, que en sí es un gran mirador que se asoma hacia nuestra hoz». ha subrayado Javier.

Los arquitectos también han agradecido el trabajo «impecable» de la constructora, así como la labor desde el punto de vista histórico y arqueológico de Pedro Miguel Ibáñez y Santiago David Domínguez.

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