En una noche cargada de emociones y sorpresas en el Abierto de Estados Unidos, Novak Djokovic tuvo que emplearse a fondo para superar a su compatriota Laslo Djere en un enfrentamiento que se extendió durante tres horas y 45 minutos. El genio de Belgrado, a sus 36 años, remontó un 0-2 en sets para acabar imponiéndose por 4-6, 4-6, 6-1, 6-1 y 6-3.

Djokovic, considerado uno de los más grandes del tenis mundial, no tuvo una jornada fácil. El primer y segundo set reflejaron una versión menos brillante de su acostumbrado juego, mientras Djere, 38º en el ranking de la ATP, ofreció un rendimiento sobresaliente. «Ha sido uno de los partidos más duros que he jugado aquí en muchos años», admitió Djokovic tras el enfrentamiento. El serbio destacó la actitud de Djere: «Enorme mérito a Laslo por jugar uno de los mejores tenis que le he visto».

Sin embargo, tras verse dos sets por debajo, Djokovic hizo una pausa que le permitió reenfocar su energía y volver a la pista con una actitud renovada. «Tuve una charla de ánimo en el espejo», compartió. El resultado: una contundente remontada que le permitió imponerse en los tres sets siguientes, dejando en claro su capacidad de resistencia y adaptación.

Aunque para Djokovic el triunfo fue un claro mensaje a sus futuros oponentes sobre su capacidad para jugar a alto nivel durante cinco sets, también reconoció que preferiría encuentros menos exigentes. «Ojalá pueda volver a ese camino en el próximo partido», expresó el tenista.

Djokovic, quien busca su 24º título de Grand Slam, enfrentará en octavos al croata Borna Gojo, 105º en el ranking de la ATP. Tras el difícil encuentro ante Djere, el serbio sabe que cada partido es una nueva historia, y que en un Grand Slam, todo puede suceder.