Fuentelgato consolida su «cocina imprevisible» en la España vaciada y coloca a Huerta del Marquesado en el mapa gourmet

Fuentelgato, el restaurante que revoluciona Cuenca tras cosechar su primer Sol Repsol desde Huerta del Marquesado con Olga García y Álex Paz a la Cabeza, ha consolidado su oferta gastronómica en un pueblo de apenas 200 habitantes en plena Serranía de Cuenca.

Los propietarios dse conocieron en la Escuela de Hostelería de Valencia y tras pasar por varios trabajos en los que desempeñaban muchas horas y cobraban «lo justito», decidieron poner rumbo a Huerta del Marquesado «para hacer todo lo contrario, hacer algo que gustase, ganar más dinero, ahorrar y vivir un poco más tranquilos», confiesa Olga.

No ha sido casualidad que Fuentelgato tomara forma en Huerta del Marquesado, ya que la propietaria del local creció allí hasta que tuvo que marcharse a estudiar a Valencia.

Cuando la pareja de emprendedores decidió abrir su propio negocio, se trasladaron al pequeño bar que regentaban los padres de Olga en el pueblo.

Con espacio para doce comensales y un menú inicial de 15 euros, Olga y Álex han conseguido poner en el mapa conquense a Huerta del Marquesado y cumplir su sueño en plena España vaciada.

COCINA IMPREVISIBLE

El camino hasta Huerta del Marquesado se convierte en toda una experiencia improvisada que también forma parte del proceso Fuentelgato para destapar que Cuenca es mucho más que su capital. Los comensales y cocineros se encuentran en el mismo punto, no saben qué comerán ni que cocinarán.

La evolución de su cocina les ha permitido a Olga y Álex derivar su menú en uno más extenso de 80 euros que vive de lo que les traen los proveedores, en definitiva, cocina del día a día.

«Nos resulta más complicado el envío de proveedores ya que como estamos en un pueblo muy pequeño, al final dependemos sobre todo de envíos del producto», indica Olga.

Actualmente, los platos de Fuentelgato suelen estar compuestos de dos o tres ingredientes y dos o tres elaboraciones que dependen de los envíos del día, pero que también son dignos de un Sol Repsol.

«Ni siquiera yo sé lo que va a haber dentro de dos o tres meses porque nos fiamos 100% de los proveedores. Es una relación de plena confianza, no sé lo que voy a hacer la semana que viene», confiesa Álex tras admitir que al principio le costó adaptarse, aunque ahora haya encontrado la diversión en la improvisación.

BODEGA A GUSTO DE TODOS

Con casi 300 ejemplares, la bodega de Fuentelgato es una de las bazas fuertes del lugar que no dejan indiferente a los visitantes, admite el chef Paz.

«Es una inversión alta y es complejo porque cuesta convencer a gente de que prueben cosas nuevas, sobre todo en estas zonas», indica.

Tras la cocina creativa, los veinteañeros se decantan por el mundo del vino, una pasión con la que admiten «querer dar un pasito más».

También, asumen que Fuentelgato debe ser un viaje lleno de sinergias positivas en el que se descubra el entorno de Cuenca y otros ámbitos no gastronómicos, asegurando que «la competencia nos viene súper bien» y acogiendo cualquier sitio que ofrezca cosas diferentes para no convertirlo en un viaje en vano a comer a su restaurante.

VANGUARDIA EN LO RURAL

El Sol Repsol y la nominación a ‘Mejor Chef Revelación’ en la edición de Madrid Fusión, le supuso a Fuentelgato un impulso para darse a conocer en el resto de la región.

La pasión de hacer algo diferente y convertirse en sus propios jefes les llevó hasta Huerta del Marquesado.

Y el deseo de trabajar en un restaurante familiar que tratara a los clientes como amigos les condujo hasta la guía turística más importante del país.

Olga y Álex saben que el lugar en el que están les hace especiales y no dudan en admitir que «si el cliente quiere buscar algo diferente en la zona tiene que venir aquí».

Aunque mudarse a Huerta del Marquesado «fue casi una obligación» y su objetivo era ahorrar para volver a Valencia lo antes posible, la pareja de emprendedores no lo tiene tan claro.

Ninguno sabía que el reconocimiento a su trabajo se encontraría en un pueblo de apenas 200 habitantes y el aumento de reservas y comensales les haría replantearse sus ideas iniciales.

En 2022, Fuentelgato se encuentra en esa línea entre el deseo de querer probar un plato innovador y que te lo sirva un amigo en un ambiente ‘de toda la vida’.

Pero llegar a este punto no ha sido fácil para ninguno de los chefs, quienes confiesan que este año han estado «constantemente peleando contra las circunstancias naturales en una región con el PIB más bajo de Europa».

Tras haber ganado el Sol Repsol, Olga reflexiona sobre las verdaderas metas de Fuentelgato y se cerciora en la idea de que «ponerte una meta que si no consigues sea frustrante, no lo creo conveniente».

Con esta reivindicación, los dos jóvenes apuestan por otra expectativa, la de que la gente quiera volver a Huerta del Marquesado. Por ello, su nueva intención es seguir subiendo el nivel sin obsesionarse con ser nadie en concreto.

Las nominaciones y los soles les han dado el empujón para investigar mientras trabajan, permitirse otro tipo de productos y jugar en una libertad que no tuvieron en un principio.